Si pensabas que la forma de tu pezón es “anormal” y que por eso jamás podrás dar pecho, debes saber que no hay tipo de pezones perfectos y los problemas en la lactancia son más comunes de lo que creías.
Oscuros, claros, rosados, agrietados, grandes, pequeños. ¡Todos los pezones son normales! De acuerdo con el sitio Jezebel, del 28 al 35% de las mujeres tienen pezones que no sobresalen tan bien, lo que significa que los pezones "raros" en realidad son bastante comunes. Y aproximadamente el 10% de todos ellos se consideran "invertidos".
Si has pensado que eres un extraterrestre porque tus pezones no parecen los de una diosa griega y que por eso la lactancia estará prohibida para ti, debes saber que no estás sola. Al dar pecho, aunque tengas los llamados “pezones normales” no se está exenta de complicaciones y a muchas mamás primerizas les ocurre.
Sucede que a veces nos presionamos de más por no ser “perfectas” estéticamente, porque nuestro bebé llora sin control y no logra beber del pecho o no se llena, porque tus senos se agrietan y duelen mucho… Y mientras tanto ves a otras mamás que parece que la naturaleza las dotó con una facilidad para que el bebé se acerque a su pecho y coma hasta quedar saciado y dormido. Sí, hay realidades alternas que comprueban que la lactancia materna no es tan fácil como se podría imaginar.
Dentro de esas complicaciones de las que hablamos existe que hay distintos tipos de pezones. Muchos de ellos representan un reto particular para la lactancia materna, mas no un impedimento. Aquí te hablamos de algunos de ellos y de las soluciones que existen para que puedas amamantar a tu pequeño independientemente de lo que te haya dotado la naturaleza.
Diferencias y dificultades según el tipo de pezones
Normal. Son aquellos que sobresalen unos milímetros de la areola en su estado normal y aumentan, sin problemas, ante cambios de temperatura o cuando los tocan (aprietan). Las complicaciones con este tipo de pezones son las que les ocurren a otros como grietas, hinchazón y muchas veces se deben a una mala postura al amamantar.
Invertido. Parecen hundidos dentro de la areola. Se han formado así a causa de una alteración durante el período embrionario y son notables en la adolescencia, cuando a las niñas comienzan a crecerles los pechos. De ser solo un problema estético que se puede arreglar con una cirugía o una extracción sencilla, a veces llega a causar dificultades en la lactancia o incluso ser un indicio de otros problemas. En la mayoría de los casos, tener pezones invertidos no representa una dificultad, ya que la misma succión del bebé los soluciona o existen los Niplettes o pezoneras que ayudan muchísimo.
La complicación en cuanto al momento de amamantar está si debido a esta forma, los conductos de la leche quedan restringidos. Dependiendo el grado que se tenga, puede ir solo de una obstrucción pasajera hasta un bloqueo que impedirá dar leche al bebé. Sin embargo, este porcentaje de casos es muy pequeño.
Plano. Su aspecto obedece al nombre y llega a parecer que se fusiona con la areola. Sin embargo, su característica única es que son más cortos que los normales, pero si reaccionan creciendo al frío o al tacto, no existe problema alguno. Las dificultades para amamantar no son muy diferentes a las de los pezones normales.
Unilaterales. Es cuando uno de los pezones se invierte y el otro no. Si esta condición ha ocurrido así desde siempre, es posible que sea normal. El problema, advierten expertos, es cuando los pezones son normales y de repente uno se invierte. Esto podía ser un síntoma de cáncer de mama así que mejor acudir al médico. La lactancia materna con este tipo de pezones no debe tener mayor complicación. En muchos casos, las madres han optado por amamantar con un solo pecho o usar pezonera si es que no logran amamantar con el pezón invertido.
Retraído. La retracción, en la mayoría de los casos, incluye también la retracción de la areola. A diferencia del invertido, explica la doctora María José del Río, ginecóloga mastóloga y directora de la Sociedad Chilena de Obstetricia y Ginecología a la BBC, es que el invertido está completamente hacia adentro, mientras que se considera retraído cuando el hundimiento es solo parcial. Las complicaciones al amamantar suelen ser similares a las del invertido y los remedios también.
Cualquiera que sea tu situación, no temas a la lactancia materna. Siempre hay muchas soluciones antes de renunciar definitivamente y comenzar con la fórmula. Esta sustancia natural hará que tu bebé crezca sano y con los nutrientes necesarios para su desarrollo.
Antes de darte por vencida, puedes buscar asesoría con las expertas de La liga de la leche, una organización social que atiende a las mamás con problemas de lactancia. Dan ayuda personalizada y a domicilio.
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